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Vivir es sufir . Schopenhauer

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"Uno debe acostumbrarse a oír todo sin inmutarse, incluso las historias más descabelladas, ponderando la insignificancia de quien habla y sus opiniones, y absteniéndose de cualquier discusión. Ello permitirá luego recordar la escena con satisfacción".
  • Schopenhauer, Arthur, Alianza Editorial El arte de conocerse a sí mismo, p. 66ISBN 978-84-206-6095-0

¿Qué nos hace realmente felices en la vida? Algunas lecciones de un profesor de Harvard tras años buscando las respuestas

¿Qué nos hace realmente felices en la vida?
Durante 76 años una investigación de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) ha buscado la respuesta.
El Estudio sobre Desarrollo Adulto* comenzó en 1938 con 700 hombres jóvenes, algunos de la prestigiosa universidad, otros de barrios pobres de Boston.
Y acompañó a lo largo de su vida a esos individuos, monitoreando su estado mental, físico y emocional. La investigación continúa ahora con más de mil hombres y mujeres, hijos de los participantes originales.
El actual director del estudio, el cuarto desde su inicio, es el psiquiatra estadounidense Robert Waldinger, quien también es maestro zen.
Según concluye, lo importante para mantenernos felices y saludables a lo largo de la vida es la calidad de nuestras relaciones.
La charla TED que Waldinger dio sobre el proyecto, "Qué es una buena vida: lecciones del estudio más prolongado sobre la felicidad", se volvió una sensación en internet y ya fue descargada más de 11 millones de veces.
"Hay muchas conclusiones de este estudio", dijo Waldinger a BBC Mundo. "Pero la fundamental, que vemos una y otra vez, es que lo importante para mantenernos felices y saludables a lo largo de la vida, es la calidad de nuestras relaciones".

Conectados
"Lo que encontramos es que en el caso de las personas más satisfechas en sus relaciones, más conectadas a otros, su cuerpo y su cerebro se mantienen saludables por más tiempo", señaló el académico estadounidense.
"Una relación de buena calidad significa una relación en la que te sientes seguro, en la que puedes ser tú mismo. Claro que ninguna relación es ideal, pero esas son cualidades que hacen que la gente florezca".
En el otro extremo, está la experiencia de soledad, un sentimiento subjetivo de estar menos conectados de lo que nos gustaría.
"¿Estoy haciendo cosas que tienen un significado para mí? ¿Estoy haciendo cosas que me hacen sentir que importo en el mundo? Éstas son las preguntas que nos planteamos cuando hablamos de felicidad", señaló Waldinger.
"No hablamos de estar contentos en cada momento, porque eso es imposible y todos tenemos días, semanas o años difíciles".
En cuanto a la fama o el dinero, "no es que sean malos, hay gente famosa feliz y gente famosa infeliz". El estudio muestra que más allá de un nivel en que nuestras necesidades están cubiertas, un aumento en el ingreso no necesariamente nos hará felices.

Registros médicos
Los participantes del estudio respondieron a lo largo de décadas cuestionarios sobre su familia, su trabajo, su vida en la comunidad. "Las personas más satisfechas en sus relaciones, más conectadas a otros, se mantienen saludables por más tiempo", señaló Waldinger.
"También tuvimos acceso a sus registros médicos, por lo que evaluamos su salud no sólo según lo que ellos decían sino lo que sus doctores e historial medico decían", explicó.
"Cuando comencé a trabajar en el estudio en 2003 grabamos videos de los participantes hablando con sus esposas sobre sus preocupaciones más profundas. Y enviamos preguntas a los hijos sobre la relación con sus padres".
Los participantes también se realizaron exámenes de sangre para determinar múltiples indicadores de salud, e incluso análisis de ADN."Algunos nos permitieron escanear su cerebro, y en algunos casos donaron su cerebro para que pudiéramos estudiarlo en conexión con todos los otros datos que ya teníamos sobre su vida".
Para dar respuesta al enorme interés del público, el académico creó un blog en internet sobre el estudio, robertwaldinger.com

La investigación ha tenido un impacto profundo en la vida de Waldinger. "Me ha hecho poner más atención en mis propias relaciones, no sólo en casa sino en el trabajo y en la comunidad", señaló a BBC Mundo.
"Me di cuenta que mis relaciones me dan energía cuando invierto en ellas, cuando les dedico tiempo. Se vuelven más vivas y no agotadoras", agregó.
"La tendencia social es aislarnos, quedarnos en casa para la televisión o estar en redes sociales, pero en mi propia vida me he dado cuenta que cuando estoy más feliz es cuando no estoy haciendo eso".

Ofrecer nuestra presencia
Les diría a los lectores que traten de ver si pueden tender un lazo hacia otras personas, especialmente a aquellas con quienes tienen algún conflicto".
Invertir en una relación para Waldinger significa estar presente. "Esto está en mi vida como practicante Zen. Lo que noto es que cuando ofrecemos nuestra atención indivisa y completa nos sentimos más conectados unos a otros, y esto también sucede en el trabajo", agregó.
"No se trata de pasar más tiempo en el trabajo, sino de poner más atención en el otro, de conectar más con los otros, en lugar de dar por descontado que el otro siempre está allí".

Conflictos
Waldinger reconoce que puede ser difícil no perder de vista lo que realmente importa. En parte esto se debe a que recibimos mensajes de nuestra cultura todo el tiempo, con anuncios de publicidad que nos dicen cada día que si compramos algo seremos más felices o nos amarán más.
"Y en los últimos 30 o 40 años se ha glorificado la riqueza, hay billonarios que son héroes sólo porque son billonarios. Esta medida parece más fácil, porque las relaciones son difíciles, cambian, son complicadas". Los conflictos realmente minan nuestra energía. Y quiebran nuestra salud
"Les diría que traten de ver si pueden tender un lazo hacia otras personas. Y es particularmente importante hacerlo hacia aquellas con quienes tienen algún conflicto".

Fuente: BBC Mundo y https://www.weforum.org

Banner Pensamiento crítico - Alguien leyo 1984 el año pasado?

En tiempos de excesiva información suministrada por los medios de comunicación, resulta difícil analizar de manera crítica cualquier tipo de contenido que no lleve en sí una ideología, un grado de manipulación en beneficio del interés particular de quien la suministra (como, por ejemplo, la ideología del capital financiero). Esto prácticamente anula la construcción del pensamiento crítico y atenta contra la posibilidad de interpretar nuestro propio mundo.

Ya lo decía el filósofo John Dewey “(…) Una sociedad libre debe producir personas libres”. Es decir, cada persona debería tener garantizado el acceso al conocimiento, tener la capacidad de elegir qué consume y saber discernir la información.

¿Pero de qué manera una sociedad llega a lograr eso?

Podríamos proponer que no exista más la concentración de medios de comunicación, pero parece una tarea titánica esto porque el poder económico concentrado no lo permitiría.

También podríamos insistir en que se enseñe desde niños, en los grados primarios de las escuelas, una pedagogía crítica o pedagogía de la liberación.

Pero más allá de estas propuestas de transformación estructural y cultural queremos ofrecer un espacio en el que logremos pensar y analizar juntos todo tipo de información para ir construyendo ese pensamiento crítico que nos llevará a ser una sociedad más libre.


Fuente: http://very-interesante.blogspot.com.ar/2016/10/pensamiento-critico.html

La ciencia sostiene que la felicidad está en viajar y no en comprar bienes materiales

La investigación publicada en el "Journal of Positive Psychology" afirma que la gratificación instantánea generada al adquirir objetos como ropa, zapatillas o joyas caras es únicamente pasajera.
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Un estudio de la Universidad Estatal de San Francisco (Estados Unidos) ha encontrado que la clave de la felicidad radica en generar recuerdos en base a experiencias y vivencias personales (como viajar) y no comprando bienes materiales de manera compulsiva.
La investigación publicada en el 'Journal of Positive Psychology' afirma que la gratificación instantánea generada al adquirir objetos como ropa, zapatillas o joyas caras es únicamente pasajera. Por el contrario, al crear experiencias que perduren para siempre (y podamos recordar y comentar posteriormente) estamos invirtiendo a largo plazo en un futuro verdaderamente feliz.
"Compramos cosas para ser felices, y tenemos éxito, pero solo por un tiempo. Las cosas nuevas son emocionantes para nosotros al principio, pero luego nos adaptamos a ellas", explica el investigador Thomas Gilovich.
La mayoría de nosotros vive buscando más ingresos porque teóricamente eso va a aumentar la felicidad y bienestar de nuestra familia. Pero si ese dinero adicional no tiene esa consecuencia, ¿Por qué no irnos a pescar, leer un libro o ha cer una salida de noche? Una enorme cantidad de economistas y otros investigadores están tratando de desentrañar esta espinosa cuestión. 
Un sitio que se llama "Site 8.000 horas", dedicado a ayudar a la gente a tomar decisiones racionales sobre la mejor manera de vivir su vida profesional hizo algunos descubrimientos fascinantes. Algunos de ellos son los siguientes: Los economistas han determinado bastante bien que en lo que se refiere a las grandes mediciones de satisfacción vital, cuanto mejor estemos financieramente, más probabilidades hay de que estemos satisfechos con nuestra suerte. 
Eso lo demuestran encuestas realizadas en 150 países. La gente rica vive más satisfecha. Pero advierten que a medida que la gente se va haciendo rica va necesitando cada vez más dinero para estar feliz.
A quien gana poco, duplicar su salario lo lleva a la felicidad, pero quien gana mucho necesita muchísimo más para lograr el mismo grado de felicidad. Si bien el dinero parece ir de la mano con más satisfacción en la vida, cuando hablamos de felicidad momento a momento la cosa es diferente. Claro que el dinero nos permite tocar el cielo con las manos tomando un daiquiri en una paradisíaca playa caribeña, pero la rela ción entre ingresos y felicidad diaria es mucho más débil. 
¿Por qué? La causas posibles son muchas, pero en general, la gente que gana mucho dinero está en actividades que exigen mucho y no les permiten disfrutar de un cafecito con un amigo. Manejar un negocio no te hace feliz día a día del mismo modo que ver a un amigo o comer un chocolate, pero probablemente aumente nuestro sentido de satisfacción general. 
La investigación lo resume así: usted aprovecha las mejores oportunidades para invertir primero en su felicidad, entonces a medida que va logrando más dinero, se vuelve más difícil comprar más felicidad. 
Al final el efecto de ingreso adicional de felicidad se vuelve insignificante con relación a otros factores". Entonces, hablando científicamente, ¿cuándo debería uno ponerle freno a los esfuerzos por ganar más? ¿Hay una cifra específica? Según la investigación hay un "número mágico", y la sorpresa es que es bastante bajo. 
No obstante, los investigadores insisten. Hay muchas buenas razones para trabajar con entusiasmo luego de haber logrado un ingreso moderado y cómodo, no conviene dedicarse a tratar de ganar más. 
Conviene en cambio, dedicarse a buscar satisfacciones. 
Fuente: mercado.com.ar
Fuente: diariocorreo.pe

Científico de Harvard: “Una mala persona no llega nunca a ser buen profesional”

Panorama
Howard Gardner es un prominente neurocientífico estadounidense, psicólogo, profesor de Harvard y autor de la teoría de las inteligencias múltiples. ha recibido innumerables reconocimientos por su trabajo entre ellos el Premio Príncipe de Asturias. Lo entrevistó el diario La Vanguardia de España sobre sus teorías y sus concluyentes planteamientos invitan a la reflexión

“Aprender es el único antídoto contra la vejez y yo lo tomo cada día en Harvard con mis alumnos. Es tonto clasificar a los humanos en listos y tontos, porque cada uno de nosotros es único e inclasificable”, sostiene.

¿Por qué cuestiona que la inteligencia es lo que miden los tests?
Porque yo soy un científico y hago experimentos y, cuando mido la inteligencia de las personas, descubro que algunas son muy buenas solucionando problemas pero malas explicándolos. Y a otras les pasa lo contrario.
¿Y si hay personas diversas es porque también tiene que haber diversos talentos?
Por eso he dedicado 400 páginas a describir siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.
¿Y por qué no muchas más: la culinaria o la mística o la teatral o la ecológica?
Porque no cumplen los requisitos que sí cumplen esas. Y espero acabar demostrando que además hay una inteligencia naturalista, otra pedagógica y otra existencial para plantearnos preguntas trascendentes. Pero no más.
Hoy los colegios ya plantean sus programas según esas inteligencias múltiples.
Y yo no me dirigía a los pedagogos, pero fueron ellos los primeros que adoptaron mis teorías.
Tipos de inteligencia

Hay siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.

¿Por qué?
Porque comprobaban cada día en las aulas que las categorías de tonto o listo no cubren la diversidad del talento humano. Y, por tanto, que los tests de inteligencia no miden realmente nuestras capacidades, sino sólo la de resolverlos.
Su teoría, además, era cómoda para consolar a niños con malas notas y a sus papás.
Se abusó de ella al principio porque no se comprendió bien. En Australia, la administración la manipuló para explicar que había grupos étnicos que tenían inteligencias diferentes de otros.
¡Qué peligro!
En ese punto, empecé también a preguntarme por la ética de la inteligencia y por qué personas consideradas triunfadoras y geniales en la política, las finanzas, la ciencia, la medicina u otros campos hacían cosas malas para todos y, a menudo, ni siquiera buenas para ellas mismas.
Esa ya es una pregunta filosófica.
Pero yo soy un científico e inicié un experimento en Harvard, el Goodwork Project, para el que entrevisté a más de 1.200 individuos.
¿Por qué hay excelentes profesionales que son malas personas?
Descubrimos que no los hay. En realidad, las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes.
A mí se me ocurren algunas excepciones...
Lo que hemos comprobado es que los mejores profesionales son siempre E CE: excelentes, comprometidos y éticos .
¿No puedes ser excelente como profesional pero un mal bicho como persona?
No, porque no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia . Si no te comprometes, por tanto, con objetivos que van más allá de tus necesidades para servir las de todos. Y eso exige ética.
Para hacerte rico, a menudo estorba.
Pero sin principios éticos puedes llegar a ser rico, sí, o técnicamente bueno, pero no excelente.
Resulta tranquilizador saberlo.
Hoy no tanto, porque también hemos descubierto que los jóvenes aceptan la necesidad de ética, pero no al iniciar la carrera, porque creen que sin dar codazos no triunfarán. Ven la ética como el lujo de quienes ya han logrado el éxito.
“Señor, hazme casto, pero no ahora”.
Como san Agustín, en efecto. Otra mirada estrecha lleva a estudiantes y profesionales comodones a ser lo que consideramos inerciales, es decir, a dejarse llevar por la inercia social e ir a la universidad, porque es lo que toca tras la secundaria; y a trabajar, porque es lo que toca tras la universidad..., pero sin darlo todo nunca.
Sin ilusión, la vida se queda en obligación.
Y otros son transaccional es: en clase cumplen lo mínimo y sólo estudian por el título; y después en su trabajo cumplen lo justo por el sueldo, pero sin interesarse de verdad limitan su interés y dedicación. Y son mediocres en todo.
¿No descubren algún día de su vida algo que les interese realmente?
Algunos no, y es uno de los motivos de las grandes crisis de la madurez, cuando se dan cuenta de que no hay una segunda juventud. Otra causa es la falta de estudios humanísticos: Filosofía, Literatura, Historia del Pensamiento...
¡Qué alegría! Alguien las cree necesarias...
Puedes vivir sin filosofía, pero peor. En un experimento con ingenieros del MIT descubrimos que quienes no habían estudiado humanidades, cuando llegaban a los 40 y 50, eran más propensos a sufrir crisis y depresiones.
¿Por qué?
Porque las ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote una sensación de control sobre tu vida en el fondo irreal: sólo te concentras en lo que tiene solución y en las preguntas con respuesta. Y durante años las hallas. Pero, cuando con la madurez descubres que en realidad es imposible controlarlo todo, te desorientas.
¿En qué país influyó más su teoría de las inteligencias múltiples?
En China editaron cientos de títulos sobre inteligencias, pero las entendieron a su modo: querían que su hijo único fuera el mejor en todas.
Pues no se trata exactamente de eso.
Cada sociedad y persona entiende lo que quiere entender. Cuanto mayor te haces, más difícil es adaptar tu vida a un descubrimiento y más fácil adaptar el descubrimiento a lo que ya creías que era la vida. Por eso, voy a clase a desaprender de mí y aprender de los jóvenes.

Fuente: http://www.panorama.com.ve/

Reflexion sobre nuestra sociedad - Keanu Reeves - Mensaje para reflexionar -

“No puedo ser parte de un mundo donde los hombres visten a su mujer de manera vulgar para lucirla con los demás”. 

El talentoso Keanu Reeves ha generado polémica con sus declaraciones que siempre nos terminan sorprendiendo pero en ellas hay gran verdad y realidad.
Hace días no pudo ignorar el tema de la desigualdad de género y la violencia a la mujer, abordando el tema y con su más sincero y profundo sentir, compartió lo siguiente:
"Realmente no puedo y no quiero ser parte de una sociedad en donde los hombres visten a su mujer de manera vulgar con el fin de lucirla con los demás. En donde el concepto de dignidad y honor poco a poco se van olvidando y nos aferramos a confiar en aquellos que vacíamente pronuncian un ¨te lo prometo¨, mismo que la mayoría de las veces ni siquiera se cumple.
Una sociedad en la que las mujeres están tomando la decisión de no tener hijos y todo porque ahora son más los hombres que no desean formar una familia. Un mundo en donde los perdedores se creen exitosos, sobre todo aquellos que manejan el auto de papá, mismo que se siente con mucho poder y autoridad y siempre intenta pisotear a los demás, claro, sólo por vender imagen.
A diario me pregunto qué pasa con esta sociedad, una sociedad con doble moral en donde dicen amar a Dios y brindar por él con un trago de alcohol y no conforme con ello no tienen ni el más remoto conocimiento de religión.
Una sociedad en donde el concepto de celos es considerado vergonzoso y la modestia es una desventaja. Una sociedad en donde el amor se va dejando de lado, se va olvidando pero aun así todos buscan tener a alguien al lado. Un mundo en donde la gran mayoría invierten tiempo y dinero en su auto pero les cuesta ahorrar tiempo para ellos mismos y terminan viéndose tan pobres tras un auto impresionante.
Una sociedad en donde los jóvenes se creen adultos y viven una vida desenfrenada, derrochando el dinero de los padres, llenándose de vicios y rodeándose de malas amistades, practicando sonidos primitivos que irónicamente terminan enamorando a la gran mayoría de mujeres, y entonces me pregunto: ¿qué ven en ese tipo de chicos?
Un mundo donde hombres y mujeres pierden su personalidad y esencia. Donde todo esto es llamado “libertad para escoger”, pero para aquellos que escogen un camino distinto es llamado un ¨retardado¨. 
Finalmente yo escogí mi camino, pero lamento no haber encontrado compresión en aquellas personas que yo quería."


Sin duda Reeves nos ha brindado un gran mensaje a todas las generaciones, este mundo está rodeado de superficialidad, necesitamos practicar más valores y ser más humildes de corazón, necesitamos reflexionar sobre nuestro día a día y sobre todo si en lo que estamos haciendo hoy nos posiciona en el lugar en el que queremos estar mañana.
No dejemos pasar momentos y personas, vivamos la vida sin perder nuestra esencia y no permitamos ser manipulados.

Cuando yo me vaya


Cuando yo me vaya, no quiero que llores, quédate en silencio, sin decir palabras, y vive recuerdos, reconforta el alma.


Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo; por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa, búscame en mis libros, búscame en mis cartas, y entre los papeles que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco y puedes usar todos mis zapatos. Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama, y cuando haga frío, ponte mis bufandas.

Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado. Escucha ese tema que a mí me gustaba, usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto y deja que el viento juegue con tu cara. Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame en los niños, el café, la radio y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte. A veces es más triste vivir olvidado que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma, no me lleves flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de toda tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha.
La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que “viven” no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende tu mano, y estarás conmigo sellada en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante, sabrás que volví para no marcharme.

El viaje del maestro

Guillermo camina más de 14 horas para enseñar en una escuela albergue de Molulo entre las montañas, en Jujuy , Argentina.

Comportamiento en grupo - Experimento social


Vivimos en una sociedad en que se critica lo diferente, en la que estamos acostumbrados a pensar como los demás, a ser ovejas blancas. Pensamos y creemos en lo que nos inculcan, sin replantearnos nuestros pensamientos, en muchos casos, porque tomamos como verdad la opinión de la mayoría. Nos han hecho poco profundos, más informados pero poco estructurados, escépticos y críticos sin fundamento, influenciables. Es la hora de fomentar el pensamiento divergente. No podemos ser un rebaños de ovejas blancas, no importa que los demás opinen, se la “oveja negra”, porque diferente no es igual a malo o desagradable. Diferente es igual a creatividad, inquietud y oportunidad de abrir los ojos para conocer nuevas experiencias

"Hasta que la muerte nos separe": 77 años de casados y una fotografía que conmueve


Sucedió en un geriátrico norteamericano. Él tiene 100 años y ella, al momento de morir, tenía 96
"Mi abuela, 96 años; mi abuelo, 100 años, horas antes de que ella muriera este fin de semana. 77 años de matrimonio".
Ese fue la leyenda que una usuaria de Reddit colocó para ilustrar la imagen que muestra a sus longevos abuelos tendidos en una cama de un hospicio de Estados Unidos, sujetados de la mano, de frente. Horas después, ella, cuatro años menor que su esposo, moriría.
La publicación de RealLiveGirl del pasdo 29 de agosto recibió miles de comentarios, la mayoría de ellos positivos, en los que transmitían la sensibilidad y la potencia que percibían en la escena. El post recibió -hasta el momento- 5113 puntos en esa red, colocándola como una de las mejor calificadas en el mes.
"Sé que son mis abuelos. Pero esta fotografía es seriamente la más triste y la más linda que he visto en mi vida", fue otro de los mensajes que escribió la autora de la imagen.
Entre los usuarios de Reddit que la alentaron sobresalió CramPacked, quien escribió: "Lamento tu pérdida. Pero qué gran manera de irse. Sosteniendo las manos de tu esposo, en una cálida cama, presumiblemente con tus seres amados alrededor".

Fuente: Infobae

"Al cerebro no le importa que seas feliz, solo que sobrevivas" - Estanislao Bachrach

El biólogo argentino asegura que lo que pensamos transforma nuestro cerebro. El primer paso para intentar cambiar lo que no nos gusta es el autoconocimiento.
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No podemos controlar nuestro cerebro pero sí gobernarlo un poco más. Bajo esta premisa el biólogo Estanislao Bachrach publicó En Cambio, una guía para aprender a modificar el cerebro y sacarlo de la rutina y del automatismo.
Bachcrach, que es doctor en Biología Molecular y fue investigador durante un lustro en la Universidad de Harvard, defiende la neuroplasticidad cerebral a cualquier edad y señala que el primer paso para intentar cambiar lo que no nos gusta es el autoconocimiento.
- ¿Podemos cambiar todo lo que nos propongamos de nuestro cerebro?
- Todo probablemente no, pero sí mucho más de lo que se creía. Desde una mirada científica, durante muchos años se habló del cerebro como un órgano fijo pero cada vez hay más experiencias que muestran que sigue siendo muy plástico incluso a los 80 o 90 años.
- ¿Cómo funciona este proceso de aprender a cambiar?
Resultado de imagen para cerebro sobrevivas"- El cerebro no reconoce realidad o fantasía, reconoce tus creencias, así que lo primero es creer que lo puedes hacer. Y creer implica entender lo que va a suceder luego: trabajo, disciplina, compromiso, tiempo… Para la neurociencia cambiar es sinónimo de aprender, lo que pasa es que de adultos queremos dominar, no aprender de nuevo. Y antes de ponerte a cambiar, tienes que conocerte a ti mismo bastante para saber si quieres mover algo de tu vida.
- ¿Por qué cuesta tanto cambiar?
- Primero porque uno cree que no puede. Y después cuesta porque tiene que ver con un aprendizaje que comportará fracaso en el camino. Y fundamentalmente porque en el proceso de cambio hay dolor y no nos gusta el dolor. La gente tiene que entender que el cambio es un proceso, es un camino. Pero en el proceso, que puede ser de un día, un año, diez años o toda tu vida, hay dolor.
-
- Y a mayor autocrítica, menos cambio en la vida. Eso no quiere decir que no seamos críticos con nosotros, pero a menudo exageramos. En biología decimos que si vas a cambiar, vas a equivocarte y si vas a aprender algo nuevo, vas a fallar.
- ¿Es el miedo uno de los aspectos que favorecen el ‘no-cambio’?
- Sí. No querer fracasar, no querer pasarlo mal, no quedar en ridículo… el cambio es un trabajo personal y si estás pendiente de la mirada del otro, no lo vas a hacer. Lo que pasa es que la sociedad vende el cambio como algo fantástico y el cerebro dice “¡No es fantástico! ¡Lo estoy pasando mal!”.
- ¿El cerebro está más preparado para el ‘no-cambio’?
- Está programado para no cambiar, pero tiene una capacidad de cambio que nosotros no usamos. Y eso es tremendamente importante para cualquier edad. El cerebro busca la rutina y el automatismo para no correr riesgos porque hace 100.000 años un cerebro así era eficiente. Pero hoy no. Hoy ya no hay tigres en la calle. Tenemos un cerebro que es absolutamente cavernícola en una sociedad y con una mente muy moderna. Y esto muchas veces no es compatible. Estamos manejados por nuestro cerebro y la invitación del libro es que uses más tus pensamientos, tus emociones. Que puedas dirigir un poco más tu vida en lugar de que el cerebro te la dirija a vos.
- ¿Cómo empezamos?
- Leyendo el libro (risas). El cerebro odia que pienses por si piensas algo diferente o supone riesgos. Así que este proceso empieza con una palabra que no me gusta mucho pero que es real: el autoconocimiento. Tienes que conocerte y saber qué quieres cambiar.
- Y una vez que sabemos que queremos cambiar…
- Ahora no hay dudas científicas de que el cerebro funciona absolutamente diferente bajo el deseo y el querer que bajo el deber. Matemáticamente: si uno quiere, el cerebro te presta las neuronas, pero si uno ‘debe’ el cerebro se asusta y te da una o dos. Cuando el cambio es realmente querido por uno y no por tu jefe o por tu marido, el cerebro funciona mucho mejor porque es muy egoísta. Trabaja mucho mejor con todo lo que tenga que ver con él y su beneficio que si trabaja por los demás.
- Habla de que tenemos 0,5 segundos para el cambio...
- Todas las acciones involuntarias cotidianas las hace el cerebro. Lo que mide la ciencia es: desde que parte la señal hasta que haces la acción pasan 0,5 segundos. Cuando uno hace un trabajo de introspección puede reconocer un montón de señales que el cerebro le está dando 0,3 segundos antes de que suceda. Y los 0,2 segundos restantes son el momento que tenés para detener esa acción que pensadamente no quieres hacer. Es el espacio que queda entre la conciencia de que lo estás por hacer y la acción que se realizó. Y esto es entrenable.
- ¿Cómo reconocemos esas señales?
- Primero tenés que decidir qué hábito que no te hace bien querés empezar a entrenar para darte cuenta 0,3 segundos antes de que lo hagas y para tener 0,2 segundos para detenerlo.
-…
- Es imposible hacerlo con todas las cosas de tu vida. Hay que escoger uno. El más clásico es fumar. Cuando reconocés lo que querés cambiar, después hay un trabajo muy intenso por hacer. La gente fracasa porque lo quiere hacer sin dedicarse un minuto a conocerse. A veces solo con cambiar una cosa es suficiente. Eso va a generar mucho más bienestar y mucha más tranquilidad… y la gente se siente más segura de sí misma y mejor.
- La sensación es que estamos en manos de nuestro cerebro.
- Pero es una sensación, no es real. No podemos controlar a nuestro cerebro, pero sí gobernarlo un poco mejor: podés tomar alguna decisión, darte cuenta de qué es lo que querés cambiar a nivel de emociones, pensamientos y comportamientos. Se puede.
- Dice que el cerebro es el órgano más tóxico.
- Es pura química. Las arterias transportan el oxígeno y el alimento y las venas eliminan la toxicidad. Cuando uno está dos minutos sin oxígeno en el cerebro, la muerte cerebral es por acumulación de toxinas. Así que es un órgano muy tóxico que debe estar bien oxigenado. Y la gente no sabe que el oxígeno además de alimentar a las células promueve la fabricación instantánea de venas y arterias. Cuando uno respira profundo, la red capilar (venas y arterias) crece y hay más neuronas limpias. Y neuronas limpias es igual a claridad mental, pensar mejor y más tranquilo. Respirar 
profundo tiene beneficios inmediatos en ocho o nueve segundos. Y si está más limpio, pensás mejor.
- ¿Qué diferencia hay entre el cerebro y la mente?
- El cerebro es el órgano, con sus neuronas y sus cables, y la mente son tus pensamientos y tus emociones. La mente depende del cerebro, pensás y sentís porque tenés neuronas. Pero el cerebro también es impactado por la mente. La calidad y el contenido de lo que pensás modifican geográfica y físicamente tu cerebro. Si pensás todo el tiempo en negativo, en 10 años tu cerebro va a tener avenidas y autopistas cada vez más negativas. Y se van retroalimentando. Y no hay que quitarle importancia: si seguís siendo pesimista, en 10 años va a ser mucho peor. Lo que pensás transforma tu cerebro.
- ¿Estoy a tiempo de cambiar esto?
- ¡Esa es una frase autolimitante! Es reversible. Desde luego no es magia y este cambio no va a suceder de golpe y un día te vas a despertar y se terminó el pesimismo. Hay que dedicar tiempo, compromiso y disciplina a cambiar eso. Se llaman pensamientos negativos. En algún momento se hizo un hábito en tu vida y ahora lo tenés incorporado y es automático.
-…
- Estamos a tiempo de dar marcha atrás por la plasticidad del cerebro. Pero cuantos más años de pesimismo, más trabajo tenemos.
- Dice que debemos hablar más con nuestro cerebro. ¿Qué le tenemos que explicar?
-El cerebro trata de que no pensés, que no hagás nada nuevo y de que no cambies porque si así estás bien no le importa si sos feliz. Al cerebro no le importa si te peleás con tu marido, si tenés un sueldo bajo o si sos bajita. A él lo único que le importa es que sobrevivas. Y si hasta hoy estás viva el cerebro dice “Repitamos todo, que todo el día de hoy sea idéntico al de ayer”. Hablarle a tu cerebro sería pensar “esto me funcionó ayer, hoy quiero hacerlo diferente”: quiero estudiar otra cosa, quiero tener otra relación… Si no te detenés a hablarle, a hacer la pausa, a ver dónde estás hoy y qué querés para mañana el cerebro no lo va a hacer nunca.

Fuente: La Vanguardia